El encuentro amoroso entre dos Almas es, desde un punto de vista sistémico, un evento donde el inconsciente de ambas se encuentran en un baile donde son invitadas a despertar los recuerdos, patrones personales, familiares y ancestrales de ambas.
Todos los dolores de nuestros antepasados provocan vacíos existenciales en los descendientes que muchas veces buscan, a costa de su destino, reparar los silencios, las heridas, las vidas no vividas, con la intención de liberar el dolor del clan del dolor que los empuja a su integridad.
Por tanto, la Relación Amorosa es por excelencia uno de los mayores retos de nuestro proceso de individuación y ascensión como seres humanos.
Todo ser humano tiene necesidades emocionales y para vivirlas y satisfacerlas creamos lazos de sentimientos para recibir del otro lo que en realidad no nos damos a nosotros mismos. Por ello, las relaciones amorosas parten de una cierta fantasía, idealización y expectativas, que, aunque aparentemente conscientes, terminamos proyectando en el otro porque vivimos en una realidad dual y tenemos un deseo de plenitud y evolución.
El enfoque de la Conciencia Sistémica en las Relaciones de Amor nos permite identificar los patrones, las herencias y el lugar del niño donde nos enredamos y así denunciar dónde empoderamos al otro para que se convierta en lo que necesita ser recordado, vivido y rescatado por nosotros.
El futuro de la relación, dependerá del lugar que ocupe la persona en nuestra propuesta evolutiva y de la voluntad que cada uno tenga de desarrollar y asumir su poder y versión adulta, cuidando y llamando a sí mismo lo que es suyo, creando intimidad y confiar en el otro para que se convierta en un compañero de camino, observador y presente, en un camino de aceptación del otro tal como es, momento a momento, con compasión y Amor por el proceso que cada uno necesita atravesar y vivir.